jueves, 20 de febrero de 2014

Hablar de tacos es abordar un tema sumamente delicado.

Como alguna vez toqué el tema en twitter, un día tuve una acalorada discusión con alguien que osó decir que los Tacos Providencia son los mejores, ¡pfff! ¡Obveeo los mejores son los Alteños! Pero bueno, el tema de los mejores tacos es escabroso, es como hablar de política o de religión. Y es que todo dependería de los parámetros en los que te bases: ¿la tortilla? ¿las salsas? ¿la variedad? ¿la comodidad del establecimiento? ¿el pastor? ¿la asada?

En los Alteños, o como también se les conoce, los "tacos parados" o los "tacos corridos", el servicio es expedito y el pastor no tiene madre. Me parece de excelente gusto que uno no tenga que esperar para comer, o ¿apoco no es hermoso llegar muriendo de hambre y poder estar degustando el taco en cuestión de escasos 2 minutos? No manejan lo que viene siendo la gringa ni la quesadilla ni el vampiro ni la papa al horno ni nada de eso, tacos es todo lo que hay (y unas aguas frescas naturales rete buenas que te traen igual de rápido que los tacos). Y en serio estoy ok con eso, es mas, no tengo bronca en no sentarme a comer, peeeeero el gran punto a mejorar de los Alteños es que las tortillas no son recién hechas. Este es un claro ejemplo del rollo totalmente subjetivo de los tacos, porque yo tengo una gran obsesión con las tortillas hechas a mano, se me hace que le dan punch y elevan muy cañonamente el nivel de un taco. Y otra cosa, abusados con los imitadores de los Alteños. Los que están por patria frente a la Autónoma NO son, ni los que están en Providencia.

Ahora bien, en los "tacos de LOB" (Mexicaltzingo ahora casi esq. Marsella) la tortilla es recién hecha y las salsas son variadas y excelsas, además de que cuentan con varios toppings. Estos tacos, aunque podrían identificarse como comida de borrachera, pasan perfecto la prueba si los comes en la sobriedad. Son rápidos y sí tienen vampiros y quesadillas. La carne no es así que tú digas de primerisisisisisisísima calidad pero el sazón es delicioso. Justo hace poco reflexionaba, qué lujo y qué privilegio vivir en Horizontes Chapultepec y que los tacos de LOB te queden bajando el elevador.

Si se trata de tacos de borrachera, de esas veces que son las 4 de la mañana y es imperativo comer algo para bajar avión antes de ir a dormir, se debe tener mucho cuidado. Generalmente en estado incróspido uno come cualquier porquería, la verdad. Pero unos tacos de perro pueden en serio destrozar tu estómago y potencializar lo mal que te sientas al día siguiente. Para esos casos, a mí me gustan los Sarapes. Originalmente los probé en la sucursal de Naciones Unidas, aunque ahorita ya hay varias. Creo que manejan una calidad bastante decente sin aprovecharse de los bajos estándares de calidad de la raza borracha. 

También en las trasnochadas son ricos los Tarascos. Varia gente me ha dicho que son malérrimos, pero en serio a mí se me hace que sí aguantan y sacan de apuros porque a donde voltees hay una sucursal, pululan como oxxos.

La gente argumenta que los Tacos Providencia brindan comodidad. Yo pienso que: qué hueva esperar por una mesa y que están demasiado caros. Si la idea es ir a un restaurant de tacos, creo que prefiero ir al Taqueiros. Y a título muy personal, me cae medio gordo que sean caros y se llenen y la gente haga fila nomás porque es de "gente bien" ir ahí. Pfffff. Por la propia naturaleza del taco, ir a comerlo no debería ser sinónimo de ir a tirar rostro. No sé, quizás solo estoy evidenciando lo fodonga que soy, pero a mí me gusta ir a los tacos en mood relax, en pants, cara lavada, uggs si es preciso. Yo NO voy a los tacos a ver a quién me encuentro.

Y bueno, ya si eres de los que te clavas más en la asada y no en el pastor, o como varia banda que por equis no come carne de puerco, entramos en el ámbito de los tacos de cortes al carbón. El rey en ese terreno según mi paladar es Tacorte. Y si quieres ir a un lugar a sentarte a gusto pero no tan pipirisnais como el Taqueiros, los tacos Che Ché aguantan, las porciones son enorrrmes y claro, tortilla recién hecha.

El gran NO: NO vayan en la borrachera a los tacos fortachones (casi frente a la UNIVA). En serio son de perro. Si ya de plano están en extrema urgencia de tacos trasnochados y andan por ese rumbo, casi es preferible ir a los tacos de perro malísimos de Patria y Mariano Otero.

Antes de terminar este mini tratado de los tacos, quiero mencionar un par de los que me estoy acordando que son buenos y me daría agüite dejarlos fuera jaja, unos son los del puesto que se pone en una callecita adyacente a Plaza Tepeyac y otros son los tipiquísimos Sahuayo de Av. Guadalupe, que para qué les miento, estos últimos son bastante malitos pero la verdad les tengo cariño y el agua de horchata rosa está riquísima.

Y listo.

martes, 18 de febrero de 2014

Papas cambray con chile de árbol (mejor conocidas como Papaspuercas)

Hoy postearé la receta de unas papas que amé desde el día que las probé por primera vez. La saqué de la mamá de Almendra, ignoro si ella la inventó pero yo se la copié a ella, aunque para ser honesta nunca me aprendí medidas exactas así que mi versión puede ser un poco o un mucho distinta a la original, pero lo importante es que sabe requetebuena y honestamente a donde he llevado estas papas, la raza las ama igual que yo.

Una cosa buena onda de las Papaspuercas, es que son lo suficientemente informales como para comerlas en la cama viendo películas, o tan formales como la presentación que quieras darles en una reunión de alto calibre.

Va.

Ingredientes:
1 kilo de papas cambray.
1 taza de jugo de limón.
1 taza de agua.
10 chiles de árbol (rojos, secos).
2 cucharaditas de polvito concentrado de pollo (ya sé que los yoguis, veganos y nuevas mamás andan diciendo que es veneno puro, pero camán, se trata de una botana que no comemos diario).

1. Hay que lavar las papas y dejarlas secar perfectamente. Algo que todos ustedes seguro ya saben pero no está de más comentarlo, es que las papas no deben tener partes que se alcancen a ver verdes ni brotes como de plantita, ¿sí saben cuáles? 

2. En la cazuela donde se vayan a cocer las papas, hay que pasar los chiles por aceite caliente y sacar cuando estén doraditos. En ese aceite, agregar las papas (obvio con todo y cáscara) y moverlas constantemente para que todas queden doradas más o menos uniformes. En este punto cobra una gran importancia que las papas estén secas, ya que cualquier vestigio de humedad hará que el aceite salte endemoniadamente y nos puede quemar medio gacho.

3. En la licuadora, agregar el jugo de limón, agua, agregar los chiles dorados y el concentrado de polvo. Licuar. Ahora bien, como en la mayoría de mis recetas, el gusto personal forma parte esencial de la preparación. Hay que probar el juguito y asegurarnos que tenga el balance perfecto entre ácido, enchiloso y salado. Alcaro que yo agrego 10 chiles por cada kilo de papas y quedan pal perro, pero así me gustan. De igual forma, a veces puede pasar que si se usan limones sin semilla el juguito no sea tan ácido y se necesite agregar más jugo de limón. El punto es que hay que probar y dejar el jugo en el punto exacto de sabor que nos gustaría comer.

4. Por último, hay que verter el jugo licuado en la cazuela con las papas (se deben tapar al ras). El último truco que tiene esta receta, es que tienen que dejar que el jugo hierva a fuego medio un buen rato (tipo media hora) hasta que se reduzca quedando espeso y de color tinto sólido, ustedes me entienden pues.

Pronto!